Desde aquel día, en que temerosa llegaste a mi vida, tú eterna e indescifrable mirada iluminaron mis noches de melancolía. Al caer el sol, como un ritual, tu mente se evadía mirando a la luna y junto al viento intentábamos adivinar tus pensamientos. Pequeña guerrera con tus pasos silenciosos espantabas a los seres nocturnos que rodeaban esta casa. Luego te quedabas dormida dando suspiros eternos y acogedores. Al amanecer, el sol gritaba tu nombre y te invitaba a conocer nuevos universos, te imaginaba libre corriendo y hasta volando, entre los bosques, el oceano y el cielo, cazando duendes y sueños.
Una mañana llegaste hacia mí, misteriosa para decirme hasta pronto y te fuiste a cumplir una nueva misión. Sé que intentaste volver, pero aquellos seres insaciados de soledad quisieron atrapar tu alma, sin saber que tu ya eras immortal.
A veces el viento me juega malas pasadas y mirando la luna pienso que pronto volverás
Comentarios1
Volverá tu duende misterioso
volverá para acurrucarte en sus sueños
para cobijarte en sus reino
para llevarte al imperio.
Felicitaciones mi buena paisana
Con cariño
JAVIER SOLÍS
Muchas gracias Javier, es exactamente lo que pensaba !!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.