Conocí la realidad.
La verdadera realidad,
la que solo se puede sentir
con los pies descalzos.
Bajando las angostas escaleras
la podes encontrar,
anaranjado paisaje
no es el alba, no es el atardecer.
Los perros ladran, porque saben que no sos real,
pero la inocencia no prejuzga, solo sabe amar.
Sus ojos son luz, sus labios pan, sus manos
se vuelven barro, y sus pies la raíz de un retoño
falto de agua para crecer.
Ojala pudiera ser yo un gran jardinero,
y permitirle a esas almas florecer.
- Autor: Nicolás Blanco ( Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2017 a las 13:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 94
- Usuarios favoritos de este poema: Inexistente
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