Por Alberto JIMÉNEZ URE
No recuerdo, «imbéciles»,
Dónde nací ni sé si todavía existe
La casa de The Creole Petroleum Company
En la cual mi amada madre pagó nodriza
Amamantadora tras persistir en el error
De mantenerme vivo y creciese peligroso.
Ninguna madre sospecha si será gentil o sátrapa
La hija/varón que pare en un mundo en el cual
El deicidio forma parte de nuestros malos hábitos.
No recuerdo, «imbéciles»,
[que] yo haya sido «alevoso»
O «premeditase» gobernar
Para que ustedes rindiesen culto
A mi nada providencial personalidad.
«Imbéciles»: a nadie debería importarle
El lugar de nuestro nacimiento sino
Nuestras buenas o malas acciones
Durante el curso de esto que pareciera existir.
Mediante la Propaganda Oficialista Proselitista,
Muchos supieron dónde había nacido un rufián
Ya afortunadamente muerto pero que todavía
Es mostrado vivo por una Casta de Necrófilos
Para beneplácito de todos los que serán «imbéciles»
Hasta el último día de sus vidas en este infierno
Llamado República Bolivariana de Venezuela.
Un día fuimos grata y debidamente informados
Que ya no quedan en pie sus estatuas ni la casa
Donde una dama como mi madre, de buena fe,
Lo había parido sin sospechar [que] sería truhan.
Su final se ha consumado, «imbéciles»:
Nuestro territorio no continuará santuario
Para toda clase de escorias a él semejantes.
- Autor: DEMÓDOCO ( Offline)
- Publicado: 24 de mayo de 2017 a las 07:44
- Categoría: Carta
- Lecturas: 105
- Usuarios favoritos de este poema: Y del Ávila
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