El Día

Moaa



A Vanessa Márquez Ramos,

Nunca te he olvidado

Hoy es miércoles… Pero no cualquier miércoles

Hoy es miércoles 24… Pero no cualquier miércoles 24

Hoy es miércoles 24 de mayo… Pero no cualquier miércoles 24 de mayo

Hoy es miércoles 24 de mayo del 2017 y un día como hoy pero hace cinco años perdí a mi mejor amiga.

                Despierto y no tengo 20 años, vuelvo a tener 15. No iré a la universidad en la tarde, iré en la mañana a la secundaria, ayer gané un concurso de poesía declamando un poema que hoy cobra un nuevo significado.

                Ayer fue la fiesta del estudiante y ella no llegó, no podía dormir de oír el ruido de la tormenta pero tenía un dolor en el estómago que no me dejaba en paz, llegué… más bien llego a la secundaria y todo parecía normal pero no se presentó a clases, quizá su ensayo de vals para su fiesta de XV años fue muy pesado, falta un mes para la fiesta y todos estamos emocionados.

                Hubo un festejo por el día del estudiante, varios me felicitan por mi premio ayer, ella tampoco fue al concurso de declamación… Pero bueno ayer que fue 24 de mayo si se presentó y nos despedimos a la salida, esperándonos vernos en la fiesta, pero nunca llegó.

Una amistad más que rara desde el inicio, por cuestiones ajenas una amiga se salió del colegio y le prometí a otra amiga que le hablaría a la primera que entrara, y así fue un hola fue suficiente para… asustarla.

Pero los chismes de mis compañeras bastaron para que se juntara con nosotras, en pocos meses se volvió la mejor de todas, en lo absoluto… Sincera, espontánea, pero con una mirada triste como pocas.

Dos grandes aventuras se destacan la primera cuando por olvido de ella mi otra amiga no se podía disfrazar para promocionar un evento del colegio, del grupo de cinco se fueron descartando una a una hasta que quedé yo, ingeniárnosla para salir fue una odisea, fuimos con el portero y le mentí, no lo creyó, en la otra puerta estaba la prefecta de preparatoria y mejor nos rendimos; hasta que la prefecta de secundaria nos vio, ya había tocado la chicharra de la primera clase y nos dijo al saber la situación “Díganle al vigilante que las deje salir y regresan rápido”.

Sin cuestionar hicimos lo que nos dijeron y salimos del colegio a su casa que estaba muy cerca, al llegar a la misma ella me dijo “no te puedo ofrecer agua porque mi hermana me delata”, subió por las pinturas y nos regresamos, pero ¡oh sorpresa!, la directora de secundaria estaba en la puerta y con hazaña logramos que no nos viera, subimos a un salón de primaria donde una maestra era mi amiga tomamos agua y cuando la directora se fue, bajamos y fuimos al salón para entregar las pinturas.

Al llegar al salón estaba una maestra que al saber lo que había pasado solo exclamó ¡Ay niñas!

La segunda fue dentro de la escuela, era cumpleaños de la directora y hubo un festejo para ella, yo me despegué de mi amiga y cuando regresó estaba muy nerviosa y me dijo porque había visto al “acosador” un ex compañero que literal la acosaba, nos subimos corriendo a los baños, era el receso (y estaba prohibido subir), pero nadie nos vio, nos escondimos en el baño más de media hora, estuvimos platicando para salir a tomar un café.

Pensaba en ella esa mañana, no tenía modo de comunicarme con ella, de pronto unas compañeras empezaron a llorar y se subieron a la oficina de la directora, otros se retiraban y una maestra nos dijo “fuerza muchachas”, no sabía lo que pasaba… ¿Qué está pasando, por favor?

En eso una compañera se nos acerca y nos dice: “Tuvo un accidente y no sabemos… si murió”, en ese momento el alma se me desvanecía, el frio de la angustia se apoderó de mí, no sabía que pensar y lo negué todo.

Pasaron los minutos y la directora nos citó a todos en un salón, cuando entró le pregunté ¿está bien? Y sólo agachó la mirada… lo único que dijo fue “jóvenes la vida es muy corta” y con esas palabas me bastaron para llorar y salirme del lugar.

 ¡Dios llévame!, no tengo nada tengo que esperar, nada, si hay la posibilidad de que ella viva yo no quiero estar ahí… ese pensamiento me inundó mientras caminaba, ahí vi la realidad, en muchas cosas o situaciones culpamos a los demás de lo que nosotros tenemos culpa y no lo queremos ver, le rogué a Dios la oportunidad de cambiar, y a cinco pasos estaba un amigo al cual había tenido un problema, empezamos a hablar y le dije todo lo que tenía guardado hacía con él, él solo me dijo ¿y ella como está? Me derrumbe y grite ¡No lo sé!

Llegó mi mamá por mi y al saber la situación hubo un silencio, entre a mi casa y no quería ni podía hablar. Sonó el teléfono…

Contesté y era una amiga no pudo hablar me pasó a otro compañero y me dijo “ella murió”, lo negué hasta que pregunte el lugar de la velación, mi mamá y mi abuela lloraron y yo me subí a buscar su invitación de su fiesta que era un collage de fotos de ella.

Estaba en el cuarto de mi abuela y en frente del crucifijo de madera empecé a insultar al que estaba en la misma, por malo, intolerante… hasta que mis rodillas se doblaron y un llanto que vino desde lo más profundo del alma salió.

Ya no ofendía y solo le pedía al Cristo que me ayudara a guiar mis pasos, que este acontecimiento era demasiado fuerte, trágico, pesado de soportar para mí, que él me enseñara el camino, pues iba en una escuela religiosa y a pesar de ello no tenía la fe fortalecida.

Llegué a la misa de cuerpo presente, y había mucha gente, estaba el aire frio y recio, al final me dijeron que entrara y de nueva cuenta caí sobre mis rodillas como si me fuera a desmayar, entre y lo primero que vi fue al Cristo negro de la Iglesia y le agradecí por la oportunidad de haber tratado a una persona tan única como ella, mi ángel.

Baje la mirada y estaba el féretro blanco, me puse frente a él, le pusieron un ramo de flores el cual se cayó, lo recogí y cuando lo coloqué arriba de… lloré, como quien sabe que tendrá una nueva estrella en el cielo, lloré como quien pierde a un gran amigo que se lleva lo mejor de ese año, lloré al saber que jamás la iba a volver a ver.

A lado derecho estaban otras tres amigas, no abrazamos, estábamos tan destrozadas por dentro y por fuera que nada ni nadie nos consolaban.

Días después me enteré del accidente, en una avenida del centro de la ciudad, esperando el alto para cruzar y encontrarse con su mamá para ir a la fiesta del día del estudiante cruzó la calle se le cayó un zapato y al recogerlo…

El primer día de clases después del accidente fueron muy duros, los maestros seguían diciendo su nombre al pase de lista, sus cuadernos estaban en su casillero, y su banca vacía, la directora a manera de homenaje nos sugirió forrar su banca para que resaltara, y así lo hicimos.

Semanas después le hicimos un homenaje frente a toda la escuela, le cantamos una canción de despedida y estaba su familia con las cenizas de ella, lloré sin parar porque la extrañaba… extraño sus reclamos, sarcasmos, su risa, su voz, su mirada, la extraño completamente.

Hoy es miércoles 24 y no cualquier miércoles 24 de mayo, hoy recuerdo al ángel que me está viendo desde el cielo y ha estado conmigo en todo momento.

Sé que ella está aquí y lo sé porque todo esto lo digo mientras veo la estrella más brillante y singular del cielo.

  • Autor: Moaa (Offline Offline)
  • Publicado: 24 de mayo de 2017 a las 11:03
  • Comentario del autor sobre el poema: Hoy recuerdo a Mi Ángel, a esa amiga que nunca se ha ido de mi corazón y hoy la recuerdo con ese breve relato del día en que me enteré de su partida. Vanessa Márquez Ramos 05/Julio/1997-24/Mayo/2012
  • Categoría: Fecha especial
  • Lecturas: 32
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