¡Oh! Mi amada noche.
Lléname de tranquilidad el corazón,
déjame escuchar tu dulce arrullo,
hazme sentir como en una canción.
Acompañame con Chopin y un buen vino
un poco de aire y tal vez un trino,
trae mis memorias del olvido
y déjame soñar cual si fuese niño.
Envuélveme en tu obscuridad.
Que el hoy pronto será un recuerdo
Y poco tendrá que pasar.
A través de la ventana entra distante la luz lunar,
y junto con tu obscuridad
melancólica he de estar.
Nostálgia y ambiciones llegan contigo,
algunas veces el arrepentimiento autoinfligido.
Y el silencio de la gente al descansar
llena la habitación cual silbido,
escucho la nana de la tierna madre
y el respirar del dulce infante.
¡Oh, noche! inúnda mis sentidos,
Déjame adorarte un poco antes de nuestro destino.
Vivir cada día para estar contigo
tu morir cada noche para estar conmigo.
- Autor: Sara Human ( Offline)
- Publicado: 25 de mayo de 2017 a las 01:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 114
- Usuarios favoritos de este poema: Kevin Barrios
Comentarios1
dulzura y melancolia , una hermosa combinación , un abrazo desde chile 🙂
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