Mi libertad yo te ofrezco,
seas capitán o teniente.
Tu mundo no guiará más,
el rumbo de mi velero
ni navegaras mi aguas.
A tu mando dirigiste
la calma de mi corriente,
convertidas en tormentas
de empuje, tempestad, fuerza.
Mas, las tormentas aminoran.
Éste navío buscó calma
dentro de su mar profundo.
En caracolas de versos,
en el abrazo del viento,
en los besos de la brisa,
en los cantos de sirenas,
que ofrecieron su amores
y calmaron mis tristezas.
Nubes grises y nostagia
la abrazaron;
fuertes tormentas azotaron.
Mas, mar sabio, benévolo
supo secar tempestades.
El gaznar de la gaviota,
la calma de los mares,
trajo paz a éste navío
que ahora navega en calma.
Aún, sin capitán en mando
para guiarle en siete mares.
- Autor: María del Rocío (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de mayo de 2017 a las 11:58
- Categoría: Amor
- Lecturas: 966
- Usuarios favoritos de este poema: El Silente Vagabundo, Kevin Barrios, Aqua Marina
Comentarios6
Gracias Aira muy amable.
Precioso !!!
Gracias amiga!
que hermoso , un abrazo desde chile!!!
Muchas gracias!
Navegar a la deriba no es bueno en los siete mares. ya allaras un tripulante que a buen puerto ,lleve tu nave,
gracias por recorrer mi portal, un abrazo hector cesar
Muchas por recorrer el mío. Saludos
Un bello poema luego de la tormenta viene la calma dice el dicho, lo escribes muy bien en tus versos, eres El Capitán de tu vida . Un gusto leerte, mi afectuoso saludo
Muchas gracias un cordial saludo!
¡Vuelve!,
atrápame en tus brazos,
qué yo contigo quiero navegar,
no me des más ilusiones,
qué me puedo marchitar.
¡Vuelve!,
qué mi balsa está partiendo en medio de esta tempestad,
dime que estarás conmigo,
qué me amas de verdad.
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