Juntos siempre estábamos,
Tomados de la manos sin parar,
Riéndonos siempre de cosas sin importancia,
Tu dulce voz teñia de naranja la ciudad.
A veces me aburría si no estabas aquí,
Aunque te burlaras de mi por decir que era solitario;
Quería que todos nuestros momentos felices brillaran sin desaparecer.
Sé que ya no estas,
Y el dolor llena mi corazón,
Disimulo con una sonrisa mi densa soledad,
Sigo atado a eso recuerdo donde era feliz.
Mi corazón anhela hallar la paz,
Pero, aun puedo recordar tu dulce sonreír,
Y entre lágrimas, termino por reír.
Entre recuerdo te buscaré,
Contemplando el anaranjado atardecer.
Cuando estuve en soledad,
Preso en la inseguridad,
En lo días que más triste estaba,
Conversar contigo me alivio.
Me pregunto ¿Cuál fue el camino que tomaras?
Yo a partir de aquí no sé hacia donde seguiré,
Al sumergirse el sol, en el anaranjado atardecer,
Yo dejaré a mi lágrimas caer.
En el atardecer que nos conocimos, nació nuestro amor,
Fue sincero y tierno de verdad,
Y aunque tenga que cambiar
O todo siga igual;
No te puedes preocupar, yo mismo seré.
Cuando adulto llegue a ser
Y encuentra a alguien especial,
No te preocupes, no te olvidaré.
Te iré a visitar para que así puedas tu,
Descansar en paz allí donde tu estés.
Fuiste la persona más importante para mi,
Me ayudaste, me cuidaste,
Solo hay una cosa que te puedo decir...
Te amo, gracias...
Por: Luis Fernando Enríquez Aguilar (Fercho Aguilar)
- Autor: Fercho Aguilar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de mayo de 2017 a las 20:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 343
- Usuarios favoritos de este poema: Edmundo Rodriguez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.