Fue aquella noche, mágica noche...
Sentía como las yemas de tus dedos dibujaban paisajes en mi espalda,
Quién sabe cuantas cosas pasaban en tu cabeza en ese instante...
Tu respiración calmada sobre mi hombro,
Sentía como la paz me completaba, como desaparecían los problemas...
Luego nos quedamos dormidos... Bueno, quedaste...
No había algo más hermoso que presenciarte de esa manera, en tu pura simplicidad...
Y me sentía tan afortunada de que fueran mis brazos los que te estuvieran rodeando esa noche...
Luego quedé dormida yo también,
Y puedo jurar por todos mis tesoros, que no había nada más en ese momento,
Nada más que tu y yo, unidos en uno...
Ojalá pudiera retroceder el tiempo y volverte a tener, justo como esa noche...
- Autor: Lara A. ( Offline)
- Publicado: 26 de mayo de 2017 a las 15:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 90
- Usuarios favoritos de este poema: Silvestr, LeAnDro silencio es salud en soledad
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