Con gran cariño para todos mis amigos y familiares, queridos, para todos los Casquinos y Contumacinos que viven alrededor del Perú y para aquellos que viven en diferentes partes del mundo. Espero y mis letras les llenen de recuerdos. Un saludo cordial, mi amor y amistad siempre.
LOS POCILLOS DE MI MADRE
Autora: Rosa Elizabeth Chacón León / Elizabeth Chacon Stevens.
Contumazá, Perú.
Miami, "Tierra Primaveral," USA.
Los pocillos,
tazas blancas, rojas y azules
resaltan sobre la mesa desnuda y lisa de madera,
de la antigua casa de mi madre.
Los pocillos relucen con el humeante cafecito
bien calientito, sabrosito y recién coladito,
al despertar el alba y cuando el frío incita.
Junto a los pocillos sobre la mesa desnuda y lisa de madera,
yacen los pancitos y los quesitos frescos
e invaden el ambiente con sus deliciosos olores,
aromas de mi tierra Casquina y Contumacina,
que desde la panadería cercana, mi madre traía.
Mi madre tenía una colección de pocillos,
blancos, azules y rojos muy brillantes
con orlas blancas, azules, rojas y negras muy finas,
tienen una sola asa y son de cristal, cerámica
y vidrio borosilicatado.
Los pocillos resplandecen con la luz del día,
causando alegría en la vitrina marrón de madera,
en la casa de mi madre,
y están a la espera que sirvan el cafecito o la sopita.
Los pocillos blancos eran de mamá,
donde tomaba su café con leche espumante,
eran pocillos pequeños y también grandes
y habían que cuidarlos celosamente
porque si se caían,
se despostillaban y sus lunares mostraban.
¿Quién no ha tomado cafecito caliente
en estos pocillos?
Yo he tomado cafecito caliente
en las alturas de Cascabamba,
con mi gente de Cascas y de la Sierra Andina,
que muy orgullosos, los usan;
los pocillos tienen su propia historia y calidad.
¡Qué recuerdos!
No quiero a mamá molestar
pero también usaba los pocillos
para el agua sacar
de la Paccha del Mono
y un buen trago de agua tomar.
¿Y qué decir de mi abuelita Clara Rosa?
Los pocillos eran su herencia;
los usaba para dar vuelta
al trigo pelado, al mote, a los frejoles
y las arvejas embadurnadas con cenizas humeantes
que en perol hervían sobre fogón de leña candente.
Te cuento,
la vajilla de pocillos de mi madre
tiene un curioso simbolismo:
Representan bienestar e incluso lujo
y su uso y abuso es un icono social
que es representada en diversas expresiones,
en bellas artes.
¿Queréis contarme tu historia
y experiencias con los pocillos de antaño
y de aquellas que cambian cada año?
Derechos del Autor Reservados.
Miami, 27 de de mayo del 2017 a las 10:58 PM.
- Autor: Elizabeth Chacon Stevens ( Offline)
- Publicado: 28 de mayo de 2017 a las 00:09
- Comentario del autor sobre el poema: Por casualidad ojeaba un libro cuando vi los pocillos tan bonitos y coloridos y mi mente voló al pasado cuando aún tenía a mi madre y cuando ella usaba mucho los pocillos para el cafecito con leche calientita. También cuando ella sacaba el agua de la Paccha del Mono - agua canalizada que nace de manantiales y corre libre hasta la ciudad de Contumazá, llegando hasta la Paccha del Mono, donde miles de personas usan el agua, lavan ropa colorida, lavan los granos cocinados con cenizas calientes en grandes peroles y con fuego de leña. Mi abuelita Clara Rosa era amante de pelar el trigo con las cenizas y muchos otros granos. Recordar es vivir y vivir es alegrar nuestro corazón con las cosas simples que nos otorga la vida, con los lindos y brillantes pocillos o jarros. Espero y les guste mis letras. Un saludo cordial para vosotros. Los quiero mucho. Besitos de letras. Eli,
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 29
Comentarios3
Me encantó tu descripción de los jarros y todo el ambiente natural y afectivo que los rodea. Excelente, un abrazo mi querida amiga
FAbio Robles,
Gracias por dejar tu hermosa huella al pasar por mi ventana poética. Me alegra saber que gustas de mis letras. Trato de escribir de las simples cosas de la vida.
Un abrazo muy cordial y mi amistad siempre.
Bendiciones.
Eli, 🙂
El encanto de los recuerdos solo se ahieren en las mentes amorosas sobre acciones o cosas, me hiciste recordar mi tiempo de niñez en el campo de mi tía abuela, los llamábamos, cacharros de greda.
Un beso por hacerme llegar a esos tiempos.
gaston campano,
Encantada saber que te hice recordar esos bellos tiempos de tu niñez en el campo con tu tía abuela. Los cacharros de greda tienen tantas historias por el mundo y nos encantan escucharlas.
Un placer tener tu ser y presencia.
Besos y bendiciones.
Gracias por comentar un pedacito de esos recuerdos tuyos con los pocillos.
Eli, 🙂
¡Que lindo has dibujado con tu fina pluma, las escenas maravillosas de un sorbo de café o café con leche, tomado lentamente en un pocillo de "peltre " (como decimos en Venezuela ) !...
¡Gracias, poetisa, por remover gratos recuerdos de mi memoria con aroma de café !
Un fuerte abrazo lleno de bendiciones
Nhylath
Nhylath,
Querida amiga y poeta, gracias por ser partícipe de tantos gratos y memorables recuerdos con los humildes y muy usados pocillos o pocillos de peltre.
Servirce un pocillo lleno del cafecito humeante y tomarlo con deliciosos pancitos recién traídos de la panadería más cercana era un manjar para nosotros.
Gracias por compartir tus gratas experiencias con los pocillos de mi madre
Se te quiere mi reina.
Buenas y linda noche.
Eli, 🙂
Gracias a ti, amiga, por tan linda respuesta
Un fuerte abrazo
Nhylath
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