El insomnio del mar llega con el crepúsculo. Se agazapa en olas mansas, arremolinadas, esperando el momento de saltar en llanto.
Vaya la contradicción que siente al estar como frente al espejo que refleja el rostro de Dios.
Y siente miedo. Imágenes de espuma y viento.
Se siente solo.
Sin un muelle donde atracar
Siente que el amor siempre es un huésped, siendo la soledad su único compañero que se mantiene al lado, inconmovible.
A lo lejos se escucha una campana que dobla y que golpea en la oscuridad y que trae el huracanado viento.
Que rebota en sus olas y en sus miedos.
Es cierto….el mar siente miedo. Miedo de haber desafiado a Dios, y ahora no poder poner a sus pies, un ruego.
El viento va ahogando sus palabras, alargando el desencuentro. Tantas almas quedarán ocultas, tantos cuerpos y barcos, perdidos, sin recuerdo. Tantos gritos desoidos, tantos muertos.
Un mar solitario.
Qué importa lo que vendrá después del gran silencio.
Y llega la aurora, y con ella el desvelo.
El grito ronco de las olas, va clavando agujas de frío en su cuerpo.
Porque lo único que sabe el mar, es viento y espuma, es ola y desencuentro.
Caminando junto a su soledad, donde el amor es solo un huésped que parte con los amaneceres.
De nuevo.
- Autor: Pampa Dormida (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de mayo de 2017 a las 13:14
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 156
- Usuarios favoritos de este poema: racsonando
Comentarios1
Las lágrimas de la mar son nuestras lágrimas, las lágrimas del mundo y sus desencuentros. ¡Hermoso poema, y de profundidades como el mar!
Abrazos.
Gracias por vuestros conceptos, estimado Racsonando. Un abrazo.
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