Deja que seas mi paz, mi quietud,
y seas a quien llame estando a solas
cuando esté a punto de dormir.
Deja que sea inspiración en tu juventud
como el vasto mar con sus olas
tan sonoro bajo el cielo azul.
Deja que me rinda todo a ti.
Que la noche nos llene de sueño
y al amanecer nos acaricie el viento.
Deja que en tu sosiego esté contento
como cuando era aquel pequeño
que en su inocencia era tan feliz.
Déjame sonreir cuando te veo
y en tus sentidos te regale mis flores
y sean mi delicia en tus suaves manos.
Y que mientras nos visita Morfeo
y que por muchos amaneceres
despiertes sonriente queriendo nunca separarnos.
Deja que mientras impávida te hallas
de todo mal que hay en el mundo
yo te dé franco y sereno mi escudo.
¡Qué hermosa eres Chiquilla cuando callas!
¡Qué dulces palabras por las que fecundo
mi corazón quisiera ser tan sólo tuyo!
- Autor: Mallez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de mayo de 2017 a las 00:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 89
- Usuarios favoritos de este poema: Victor Ma. De San Lorenzo
Comentarios1
Muy bello poema por el contenido
de sus amorosas letras. Saludos
amigo Mallez.
victor ma.
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