Cuando se durmió en mis brazos
y el viento hizo ondular su cabello,
ella era la que inocente dormía,
yo el que soñaba despierto;
Bajo el resplandor de la luna
a Dios rogué detener el tiempo,
para seguir contemplando
el blancor de su rostro en silencio,
pero muy lentamente despertó
arrancando de mi alma los anhelos,
y se fue como ave soñadora
en busca de otros mares, de otro cielo;
Yo me quedé solo, pensativo,
con el corazón helado, medio muerto,
como el pobre que quiso y no pudo ser
el guardián de sus sueños...
Esta noche tan callada y fría,
después de mucho tiempo la presiento,
al observar el resplandor de la luna
y sentir las caricias del viento,
es por eso que a los dos con el alma
los amo, y también los aborrezco,
pues me traen esta noche solitaria
como muchas otras, su recuerdo
- Autor: Raúl Navarro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de mayo de 2017 a las 12:57
- Categoría: Amor
- Lecturas: 127
- Usuarios favoritos de este poema: Natanael Berrios Sandoval
Comentarios1
Hermoso. ¡Simplemente hermoso! Muchas veces en el amor se pasan soledades y desasosiegos. Sin embargo, cuando llega ese amor, que custodia y abraza, creo que no hay quien lo quite del alma; no hay quien arrebate esa alegría.
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