Te escribo esta carta por si en alguna ocasión no pudiera acudir a nuestra cita de amor, es porque la bella dama vestida de seda negra me llamara para que la acompañase, no es la primera vez que he visto parar la luz de su linterna de aceite sobre mi puerta pero ella ha continuado.
Esta noche me visito la Parca con su vestido de negra seda, su cara muy bella y blanca, dejo su linterna en la mesa y me acompaño en mi lecho, me dejo saciado de amor hasta perder mi sentido, al alba nos marchamos los dos tomados de la mano junto a la linterna aceitosa que nos ilumino toda esta noche de amor y pasión.
Al llegar a un pequeño embarcadero solo vi una barca con un hombre ciego, su nombre es Carónte el barquero del más allá, le deposite mi moneda para un viaje sin retorno, después de una gran noche placentera que nunca olvidaré.
Te agradezco todo tu amor vertido en nuestros días, me llevo tus recuerdos, tu precioso cuerpo y tu bella cara, tus palabras y tus grandes gemidos de amor, en el lugar donde reposará mi cuerpo ya no lo necesitaré, te dejo con tus ilusiones y tus esperados amoríos, yo ya me despido con un beso de amor.
© José Cascales Muñoz
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2 de Marzo 2017
- Autor: José Cascales Muñoz ( Offline)
- Publicado: 2 de junio de 2017 a las 06:21
- Comentario del autor sobre el poema: El final del camino
- Categoría: Amor
- Lecturas: 350
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