Todavía lloviznaba
cuando al caer la tarde
ella salió presurosa
con una lámpara de mano
en dirección hacia el mar.
Caminó, caminó y caminó
no le importaba que el camino
fuera barroso o suamposo,
ni que las piedras
estuvieran resbalosas
por la lama del invierno permanente,
al final la esperaba su gran amor…
su reunión clandestina,
en la calidez de una cabaña.
- Autor: William Irving Howard López (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de junio de 2017 a las 00:37
- Comentario del autor sobre el poema: En tiempos de la lucha revolucionaria contra el dictador Anastasio Somoza, las mujeres se integraron a la lucha revolucionaria cambiando sus "Citas" de amor con sus novios por "Citas" clandestinas con sus compañeros de la clandestinidad.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 71
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