El aroma de un extraño, el calor de un extraño, su voz, su respiración, sus latidos, su fuerza...
Un extraño en el que me perdí hundida en sus ojos de mar bravío, ese mar que se amansó bajo mis piernas.
Extraño que ya no lo es, pues abrió mis heridas para fundirse con ellas. Cada caricia, cada mirada fueron haciendo caer poco a poco las armaduras; tu, caballero dorado, yo, dama de hierro.
Ve allí nuestro reflejo. Dos almas blandas, expuestas y susceptibles unidas por el calor del mismo destino que los separa.
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Autor:
Efimera (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 8 de junio de 2017 a las 01:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
Offline)
Comentarios2
Versos libres que son
reflejo de un sentir
que lo abarca todo.
Un gusto leerte amiga.
¡Gracias!
que suerte debe ser encontrar alguien que tenga tal sentido del amor como tu lo expresas en tus poemas
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