En el centro de la ciudad
los rostros de los transeúntes
se visten de sangre.
El costal de un hombre
pesa a sus espaldas
mientras escarba entre los desperdicios
de un enorme centro comercial.
Las historias de viejos sin dientes
se pierden entre las bocinas de los colectivos,
el murmullo de la gente
y los majestuosos cerros a sus espaldas.
La sonrisa de un niño masticando una hamburguesa
contrasta con el dolor de la mujer
que me pide una moneda en el semáforo.
El centro de la ciudad es un espejo,
es una vitrina de poco amor,
es el reflejo de la indiferencia
que se viste de traje en cómodas oficinas.
Recorro sus calles
como en busca de un tesoro,
encontrando sonrisas que me alegren,
que disfracen las penas
y me olviden del temor.
Busco entre sus edificios
llantos y risas,
arrugas y juventud,
amores y borracheras
que me lleven al lugar,
al corazón profundo
ese que late escondido
en lo más adentro que se mueve
en el centro de la ciudad.
- Autor: Mijo ( Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2017 a las 01:29
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: El despistao, LeAnDro silencio es salud en soledad, Winda
Comentarios1
Hola mijo, como está?
Y o bien gracias, encantado
hoy soy el afortunado
de pasar por tu poema
Me ha quitado la pena
que sentía al levantarme
hoy voy a dormir mejor
sin sentir este dolor
cuando tenga que acostarme
Tu historia de esa ciudad
donde ocurren esas cosas
me ha dejado temblorosas
las piernas. Van del revés
Visité el medico ayer
y me dijo que tranquilo
que lo mio es pasajero
pero alegrarme no quiero
cuando leo tantaas cosas
que pasan en tu lugar
Asín que mejor rezar
y contemplar mariposas
Me despido y te saludo
choco la mano contigo
Y si pasar por mi casa
es que conseguí un amigo.
El despistao
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