La primavera en flor,
a pesar del azul circundante
del humo estancado
y el intenso calor.
Todavía hay fuerza en Natura
para explotar en color y hermosura.
Duele ver el desatino del hombre
ensañándose, más que el gorgojo,
en causar destrucción y muerte...
Vientos de tragedia se escuchan a lo lejos
en los pueblos hermanos.
Pachamama se estremece,
desentumiendo sus entrañas
tras el sofocante abuso
de sus ocupantes.
En medio de todo, una lluvia de abril refrescante
y otra después,
temperamental,
con despliegue de ensordecedores truenos
y furia relampagueante.
Esperanza en un Dios piadoso
que nunca olvida y siempre vigila.
Tierra sedienta abriendo sus poros
para albergar semillas
y los sueños del sembrador.
La vida en el campo
es siempre un cuadro
que muda constante
su figura y color.
A veces, tierra color chocolate.
A veces, retoños mostrando un verde esplendor.
A veces, colores desérticos de vida en extinción...
pero siempre, sorpresa con cada estación.
Y en el pueblo... se perciben de nuevo
los pasos ligeros del hombre pequeño
de gigante corazón.
Y la calle real guardará su nombre,
para recordar.
*Pachamama = Madre Tierra
- Autor: Desiderata (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2017 a las 20:56
- Categoría: Carta
- Lecturas: 130
- Usuarios favoritos de este poema: BRUNO MARIO
Comentarios1
¡Hermoso!
Muchas gracias!
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