Eran como las seis de la tarde,
el cielo se fue poniendo oscuro, oscuro
la luna curiosa estaba del otro lado
y con uno de sus puntiagudos cuernitos
empezó a hacer un hoyito.
Giraba y giraba como un tornillo
hasta que rompió el tapiz del cielo.
Emocionada, la luna se asomó
quedó maravillada viendo la tierra
redonda, azul, llena de vida;
entonces, metió un cuernito primero
después el otro, cruzó la noche.
Se sintió libre y desprendida,
caminó lentamente de este a oeste
fue descubriendo ciudades grandes
pueblos pequeños, lagos, volcanes
ríos que corrían como serpientes alegres
por en medio de los frondosos árboles;
montañas blancas, montañas verdes
pájaros en sus nidos, niños en sus camas
mares espumosos acunando a las playas
y arriba de todo, las nubes esponjadas
que ella iba pisando delicadamente.
Fueron pasando las horas y ella
paseaba tan feliz que no supo cuando
llegó el sol con su cabello rubio
y convirtió la oscura noche en el día claro,
corrió entonces la luna a buscar refugio
con su cuernito hizo de nuevo un agujero,
cruzó el día, se metió en su cama de plata
y mientras dormía soñaba
con volver a ver lo que había visto
cuando al hacer un hoyito en el cielo
descubrió el planeta azul y mágico
que la llenó de luz, de miel y de poesía.
Desde entonces, todas las noches la luna
hace un hoyito y viene a la Tierra
y en cada hoyito que deja se asoma una estrella.
©Vicky Toledo
- Autor: Vicky Toledo ( Offline)
- Publicado: 15 de junio de 2017 a las 14:27
- Categoría: Infantil
- Lecturas: 27
Comentarios1
Bello y tierno poema donde la aviesa Luna siempre es la protagonista. Ver un mundo lleno de vida es vivir una bella aventura de amor.
Con mucho cariño
JAVIER SOLÍS
La luz de la luna es vital para la poesía. Muchas gracias Javier. Un abrazo cariñoso 😘
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