Tus alas abanican las tristezas,
y mis recuerdos vuelan con ellas.
Tengo su imagen bien impresa
extraños sueños
brillan como estrellas.
Un ruiseñor
duerme en mi pecho
porque soy su gacela
y siento desesperada melancolía.
Lo acaricio en la mañana,
por la tarde,
en las noches,
en las madrugadas frías.
En su cantar
se alimenta alegrando
la pena que me condena
la que me va matando.
Un ruiseñor me cuenta
sus desvelos,
miro en sus ojos una lágrima
que asoma,
y me esquiva
para que no la vea
mirando al cielo.
Dice que vio pasar
entre suspiros
una blanca paloma.
¿Tú quieres volar
e irte bien lejos
donde te sientas dueño
de esa naturaleza cierta?
Yo te doy la libertad
porque es parte de tu entereza.
¡No amor, más necesito de tu nobleza!
Llega la noche, su cantar
se acelera llamando a su damisela.
Me canta al oído tiernas serenatas,
que me hacen sentir pasión
entre hilos de plata.
Esos tonos grises rosas
que en su plumaje lleva,
recuerdos de nuestros pasajes,
que tanto disfrutamos
esperando que llueva.
Dame tu registro mi tenor,
dame con tu pico tu arrogancia
y refúgiate en mi interior
donde hallarás suave
y tierna sus fragancias,
para que nos llenemos de amor.
¡Cántame antes que vueles!
y déjame impreso dentro de mí,
tu pasión con frenesí.
Calma este sentir
de gaviota enamorada,
y deja que yo viva,
sintiendo siempre el amor
entre bellas tonadas.
¡Volemos lejos!
¡No importa si damos saltos!
Yo gaviota, tú siempre mi ruiseñor.
¡Lágrimas de felicidad
cayeron desde lo alto!
NellyCastell
- Autor: nellycastell ( Offline)
- Publicado: 15 de junio de 2017 a las 18:56
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 64
- Usuarios favoritos de este poema: nellycastell, Peñafuente, Kalianali
Comentarios1
Muy bello
Gracias amiga por tu tiempo, un abrazo.
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