Parvada de cuervos blancos a lo lejos,
lobo estepario aúlla mis pasos,
verdades se ocultan en las sombras,
la Luna miente a mis lagrimas
que sigilosas inundan el mar.
Milenios trascurren en mis arrugas,
el desierto en sus granos de arena
construye la palabra que me nombra,
el fuego del sol calienta las motas
de polvos que hacen el aura de mi nombre.
Cruje la tierra ante mi andar supremo
las estrellas se agitan en mi mirada,
alguna fugaz me sigue en lo eterno,
el eclipse solar ilumina el laberinto
de donde sigo perdido en lo perpetuo.
Algunas respuestas en las penumbras,
bosques en tinieblas me llaman,
madre aconséjame una muerte,
vida milenaria acongoja la salida,
bestias persiguen y yo espero
para tener una muerte tranquila.
- Autor: ErC ( Offline)
- Publicado: 20 de junio de 2017 a las 00:28
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 83
- Usuarios favoritos de este poema: Diego Nicolás García Contreras
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