La tarde y nuestra impaciente alma,
lentamente abrimos un camino
de estupor y descuido.
Te rodean mis taciturnos brazos mientras tu
abres tus raíces.
Yo te quiero, como una antorcha en la noche.
Ave desnuda eres en mi regazo,
pálido lirio recostado.
Mi corazón como un caballo corre hacia ti.
Mi sed de ti es un océano.
La tarde pronto rueda, nosotros, como el viento,
somos laberinto.
El crepúsculo y tu sombra sobre mi agonía descienden.
El tiempo nos hallará en algún lugar apartado,
¡las cenizas de mi amor recógelas, amante!
- Autor: clonariel ( Offline)
- Publicado: 21 de junio de 2017 a las 00:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 116
- Usuarios favoritos de este poema: Yolanda Barry, María C., Damian cuellar
Comentarios4
nadie como tu para escribir asi...un abrazote mi rey de las metaforas.
Gracias por siempre estar...
Wow, que padre escribes, me encanta ... tu sutileza transmite... gracias por compartir...Apretujadito!!!
Es un honor tu lectura
Muchas gracias por tu petición, me gusta entrar a tu rincón poético
Un buen día te deseo.
Aquí te aguardo!
Aqui estoy.
Siempre es gratificante tus letras, escribes con una gran efervescencia amigo.
Si, exactamente, aprovecho la inspiración!
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