Donde nada falle, nada estará funcionando.
Te acaricio de (p)alma a (c)alma, donde seguramente duermes
Engatusándote en el juego de las luces y el ojo empe(ñ/rr)ado.
La única ciencia exacta es el olvido,
Pero hay (m)axi(o)mas que tuercen un poco el reflejo de lo inefable
Como quien quiebra el cogote al pollo y le deja seguir caminando.
También hay (pe)r(e)manentes en lo que las cosas supuran;
Así (des/e)bocan recuerdos, palomas paridas por las jaulas,
Tortuosos recorridos del mensaje.
También somos el pozo de esas cosas, la llaga abierta en el meridiano
De nuestras certidumbres.
Afuera, en algún sitio, te acercas y me cercas.
¿Dónde suena el reloj que despabila nuestros márgenes?
¿Dónde se compone la imagen que algún quejumbro eyecta?
Todo remanso es una cárcel (y no por eso dejamos de necesitarlo)
Y siempre un genio maligno nos llena de espejismos que voceamos(;)
(Yo) Como cer(t)ezas.
No estás aquí y mi mano te acaricia.
De algún modo, funciona. La falla lo corrobora.
- Autor: Necrofagotimes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de junio de 2017 a las 11:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 79
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Escobar
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