El amor es un rostro,
un milagro,
temblor en el aire,
lágrimas ausentes
entre las voces de la Madre.
Caminar como antes,
sin paredes,
sin tristezas,
como las aguas,
las olas
y ese sabor tan azul,
que se pierde
en el tiempo.
La vida es un milagro,
una flor que se despide,
los rosales,
el patio,
mis fantasmas,
como lluvias lejanas
que se lleva el viento.
¡Adiós, para siempre
A la Casa Grande!
Estaremos bien,
Ella , el Hermano,
La Madre…,
estaremos bien,
todo es cuestión de tiempo.
Las sobras en la memoria,
sin aromas,
ni retratos,
la soledad en la piel.
La alegría en el cielo,
Infinitas luces
que cruzan
el umbral
de los mares.
¡Voces y horizontes!
Un vestido nuevo,
Amigas, amigos,
regalos especiales.
Anuncios de colores
transparentes,
el puerto le llama,
se irá lo sé,
hacia nuevos mares,
mi Hija partirá,
y me alegro,
aunque me parta el alma.
- Autor: Gerardo Barbera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de junio de 2017 a las 18:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: Edmundo Rodriguez
Comentarios3
Es rima melodiosa y suave viento.
Un placer leerte Gerardo
Es rima melodiosa y suave viento tu poema al puerto.
Un placer leerte Gerardo
Gracias amigo
Es el destino de los hijos crecer, casarse o partir hacia una tierra lejana en busca de un mundo mejor, saludos
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