Don Quijote ha muerto.
Ya su angosta adarga, carcomido cuero,
pasto es a la polilla o bien a la carcoma
- valga la redundancia-. Sancho llora.
Ni su amada Aldonza
ni su yelmo metafórico volverán.
En los llanos blancos de la tierra eterna
polvo en el camino quedará y silencio...
Las afrentas lógicas entre hombres púdicos
reinarán sin nadie que las descoyunte...
Sus ojos cerrados, su boca entreabierta:
Rocinante parece que relincha en sueños
tras sus ojos arrasados de agua: ¿lágrimas?
(hasta los cuadrúpedos se lamentan por Quijano).
Ginés deja vagar su pensamiento y tiemblan sus labios
- ¡quién lo pensara, tan hombre él! -
Comienza la tarde en la aldea manchega;
a lo lejos, el sol rojizo pajizo de poniente, moribundo,
agoniza... Y parecen brillar las primeras estrellas...
Sancho llora. Sanchica duerme...
- Autor: BIG FISH ( Offline)
- Publicado: 27 de junio de 2017 a las 19:24
- Comentario del autor sobre el poema: El mundo de hoy ha cambiado tanto que ya no nos vemos reflejados en los iconos del pasado, rebosantes de heroísmo trágico, como Don Quijote, y preferimos lo simple y fácil, como la lectura de novela comercial
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 99
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