Él era un amante de la luna a quien consideraba su fiel compañera, su musa, su amor. Contemplaba su lejana belleza en las noches frías, la miraba tan majestuosa e inalcanzable, añoraba sentirla cerca o tener alguien que lo inspirara, rogaba por una señal todas las noches, algo que matará su soledad.
No muy lejos de él se encontraba una joven quien se deslumbraba con la imponente figura de aquel lobo, no sentía miedo, ella lo veía como el veía la luna, como su amor, tan lejano e inalcanzable. –“Pero es un lobo”- le decía su mente acusándola, poco caso hacía, se determinó a enamorarle e incluso quiso transformarle, ¿cómo lo haría?
Decidió invocar un ruego desaforado al viento – ¿Qué puedo hacer para enamorarle?- De repente entre las ramas de los pinos se desplegaba magistralmente la luz pálida de la luna sobre todo su cuerpo. El lobo pudo verla tan bella con un manto de estrellas que la adornaban, realmente pudo verla y quiso amarla para toda la vida.
Ahí estaban dos seres, desafiando su naturaleza, bajo la luz de la luna, rompiendo barreras y unidos bajo una sola ley: El amor.
-Chica Bohemia
- Autor: Chica Bohemia (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de junio de 2017 a las 20:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: Anitaconejita, zZAntuZz, Hada Neurótika, Lualpri
Comentarios1
Linda narración, ese final cómo la cereza en el pastel...... perfecto.....el AMOR!!!
Me gusto mucho
Anitaconejita
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