Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
ROBERTO REYES CORTES.
5º.reyes.
==QUECHULA===
A escondidas de los ojos
en la cañada del monte,
cual fantasma solitario
se yergue un antiguo cedro.
Es todo lo que miramos
del que fue bosque encantado,
de una provincia extraviada
en los rumbos del Sureste.
Repasando los recuerdos
de los días transcurridos,
nos relata hoy la historia
de lo que mirara a sus plantas,
no es leyenda o invención
asegura a quien le escucha
que ocurrió como lo cuenta.
Pesados tractores, trascabos y camiones
van rompiendo a grandes tajos
las escarpadas rocas que bordean los ríos
saldando la quietud y paz del tiempo
que ahí se respiraba.
Comienza el trágico éxodo
de la gente que se escapa.
Los obreros aprestan el fulminante
vigilando que la pila se encuentre conectada,
aseguran con cuidado en gujeros taladrados
explosivos suficientes de la nitro ya cargada.
Son competentes mineros,
detonando la última tronada,
que volverá fino polvo,
las montañas de piedra triturada.
Los ingenieros de cascos de acero
pintados de amarillo
aprestan bolígrafos y bitácoras
para registrar el evento
de cartuchos de dinamita
explotando como yescas de cerillo,
que dejaran para siempre inerte,
quebrado, el cadáver yerto,
de mi río enterrado en tumbas
de arena y de cemento, muerto.
Una intensa alerta roja,
Se infiltra por los valles
por las praderas,
brincando desde el fondo de los bosques
y del sorprendido río a la ajustada rivera.
Ante ella brillan ojos
de miles de animales
que llenos de espanto
corren por los riscos,
por las cuevas,
por las agrestes montañas huyen.
Impresionante es el estruendo
de la tierra destrozada,
gritos lacerantes de terror
traspasan todos los confines,
las copas de los arboles medrosos
se esconden en las nubes,
revolturas de lodo y agua
arrastran los muertos alevines
y como la peor tragedia
humana soslayada,
crueles dramas se reviven.
Del serpenteante camino,
arriba de la tierra calcinada,
los indios bajan
en silencio el cerro
iluminados con hachones
de quemada lumbre,
macilentos, perdidos,
hundidos en la nada
se confunden
con el fúnebre paisaje
de su choza abandonada.
Torrentes profundos hundidos
en el misterio del tiempo,
riadas inmensas del agua
torturada lanzadas al vacio,
forman la sangre sangrada
de las venas rotas de los ríos,
que despeñan en continuos
borbotones de última cascada.
Por más que busco ya no miro
aquellos rojos cedros del bajío,
las formidables caobas
gigantescas clavadas en las lomas,
los floridos cercos enramados
entre guirnaldas y palomas,
y murmullo de jóvenes mujeres
que ríen bañándose en el río.
Donde estará el hato del ganado
que pastaba en la pradera,
donde el maizal, el frijol, el plátano,
el cafetal, la sementera,
donde se encuentra la maestra,
mis amigos, donde mis hermanos,
aquella novia idolatrada
que llenara de amor mi vida entera,
se han ido sin volver, no están en esta,
ni en otra primavera.
Como Antártida perdida
bajo aguas de centurias,
Quechula puerto ancestral
de Castellana conquista
y La Concordia desaparecen,
dejando a humildes poblados en penurias,
ahogadas en caudales del llanto de las lluvias ,
En invierno cuando las aguas bajan
y el clima frío es más intenso,
se divisa lejana la cúpula
de una torre solitaria, sin campanas.
Su desangelada iglesia,
su santuario sin rezos,
sin las canciones
habituales de cada novenario
y su osario sin velas,
sin fieles sin recuerdos.
Una extensa mancha de agua negra
cubre las antes bellas superficies,
las que fueran Quechula y La Concordia,
son pobres páramos rocosos,
nidos comunes de serpientes,
de salamancas y de pumas poderosos.
El agua convertida en vatios,
kilovatios, luz y fuerza de la empresa.
Hoy solo escuchan tristes los sabinos
salmos dedicados a la luna,
que suenan cual lastimeros
lamentos de aquellos historiales
del río corriendo caudaloso,
raudo, libre entre colores
rojo-verde de olorosos cafetales.
En las cabañas de palma
sembradas en los cerros,
los indios viven sus desvelos,
iluminando la negrura de la noche
con las rojas brasas quemadas
de las ramas del piñuelo,
en hogueras encendidas
por relámpagos del cielo.
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- Autor: 5o.Reyes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de mayo de 2010 a las 05:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 109
Comentarios4
La Concordia y Quechula son dos ciudades que fueron inundadas
por las aguas, para construir las presas hidroelectricas, de La ===
Angostura y Malpaso, en el estado de Chiapas.
De su exisencia, solo queda el recuerdo y cuando las aguas de la
presa de Malpaso bajan, se distingue solitaria la cúpula de su iglesia, como testigo de los que fué la ciudad algún dia......
estupendo tu poema....
muy bueno..
recibemis afectos...
kalita
Gracias señorita.
Parece que quechula
también de otros poetas
quedó ausente.
Qué mala suerte.
Salud.
Hubiera esperado cualquier cosa del título, menos lo que leí.... tu aclaración, bueno.... es eso, lo aclara todo.... el lenguaje tan descriptivo... aun veo esas escanas... desbordamientos, agua, agua... miedo como lumbre...
y hasta frío me da.
Un Abrazo
No existe mejor poesia
que la que narra la vida,
y para el pobre caminante
que nada tiene de poeta,
pero que versa sus versos
cuando viaja en el tranvia,
un buen tema es de la via
hasta el temblor del motor.
Ahí que a veces me extiendo
como reclamas a veces,
te ofrezco ser mas conciso
y no extenderme acreces.
Adios y a cuidar las ilusiones.
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