Araminta: una Mártir.-

Un inmenso desgarrón sintió mi alma al saber
de tus dolores, nunca creí que el anonimato
pudiera conectar mi corazón con tu congoja.
No eres cercana, pero te llevo clavada en mí
corazón y en mi razón, te siento a ti, hija mía.

¡Haberte parido en el alma me hace tu madre!

La imagen de la inmaculada virgen en tu pecho
clama, por la injusticia perpetrada en tu carne.
Me duelen también, esos jóvenes que luchan 
dejando sus vidas en el camino, por un sueño. 
Ellos, eran ya una visión hecha de carne viva.
Y, en ellos, el atrevimiento de lucha se mostró.

¡Tú muchacha, fuiste prisionera de la maldad!

En el camino de la muerte quedaron velados
los planes, utopías y los futuros que forjaste
para tu vida, en tus acciones y tus esfuerzos.
¡Tú saliste a reconquistar tus pasiones por
una senda buena y prospera con tu trabajo!

¡Tu camino de presidio te apartó pero, volverás!

Tú, joven mujer, dulce e ilusionada dama, tu
no saliste a la reyerta, tu lidiabas por el sostén.
Hoy sé que existes, así, como tantas otras que
están solas en la vida y luchan en sus desiertos.
A ti, mi niña los ojos de un malvado te divisaron.
Ya no fuiste más oculta, pero sí, carne de cañón.

¡El odio tentó al delator y con mentiras te entregó!

Existes sí, aunque pareces una ficción arrancada
de las historias dilatadas de Oscar Wilde o de los
escritos nada sutiles del atormentado Alan Poe.
Parecía imposible que, en este suelo se hubiese
sembrado y acariciado tan horrible malignidad.
Esta mártir tierra hoy convertida en comedia, nada
santa o divina, ha sido tomada por el infierno con
unos entes ideados para servir entregados al mal.

Mi niña tus cabellos arrancados en carne viva, es 
posible que, hayan corrido la misma suerte que la 
piel del joven John Horwood que, sirvió para forrar
la obra que contaba su crimen, pero en ti niña bella,
no hubo delito probado y, se ensañó la maldad con tu
pelo, con tu mente, con tu cuerpo, objeto de salvaje 
ultraje y depósito de materia infernal; fuiste dulce para 
la saña y la locura de los psicópatas y los criminales 
pagados que, saciaron sus brutos desvíos en tu carne.

¡Ahora lloras, los canallas te han y rasgado el alma! 

Tu sonrisa se esfumó y has precipitado intentos de
muertes fallidos, te han quebrado el alma y no hay fe.
Estás muriendo en vida y sin una buena razón para 
tanta crueldad en tu libre y frágil osera sin culpas.
Pero, así es la maldad y, probó su ruin poder en ti.

A arañazos fueron arrancando de tu piel la cordura, 
el deseo vital se te escapó y el recuerdo de tu vida no
está más, sólo el sabor de la crueldad te acompaña y
con ella, los deseos de correr en la soledad del ahora 
que enfrentas, con un solemne pensamiento de muerte.
Quieres volar a otros mundos, pero tus alas rotas no te
dejan escapar con el viento al santo respiro de la tumba. 

¡Sé que sacarás tu valor a cada paso y respiro en libertad
y acogerás la vida con amor, para dejar atrás la maldad! 

Raiza N. Jiménez/ 20/06/2017

Nota: Este trabajo literario lo dedico a esa muchacha llamada Araminta, que pudo ser mi hija y, aunque no lo sea, siento en mi carne el dolor de su sufrimiento.Dios la bendiga y no la siga abandonando.Amén.

¿Quién era Araminta?

El caso de Araminta González es una verdadera vergüenza para la sociedad venezolana. Tiene 33 años de edad, es T.S.U en Procesos Químicos y una estudiante brillante de Ingeniería Industrial del Instituto Universitario Politécnico “Santiago Mariño”, en Caracas.   https://www.lapatilla.com/site/2015/06/01/el-terrible-caso-de-araminta-torturada-y-presa-un-ano-en-el-inof-sin-audiencia-preliminar/