Alguien grita desconsolado en el desierto,
pues sabe que no es el único anacoreta,
él habla a todo lo que vive como un poeta,
no esconde nada es un libro abierto.
Le empujaron muy lejos de su cuna,
pero sus palabras no se las llevó el viento,
le debemos por sus versos eterno agradecimiento,
no buscó el dinero, en la poesía tuvo su fortuna.
Naranjos y jazmines,
de su imaginario edén,
compañeros de su soliloquio.
Decídme con quien,
pasea por solitarios jardines,
de donde viene el musical coloquio.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 5 de julio de 2017 a las 14:43
- Comentario del autor sobre el poema: El caso es no quedarse solo, por eso tenemos, monasterios, castillos y desiertos, aunque nunca la soledad es completa afortunadamente, siempre habrá una cigüeña volando por encima de la carretera, de torre en torre, y nuestros mejores amigos en la soledad son los pájaros.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Noelia Maya
Comentarios1
Zurualduna locos somos pocos para una buena poesía hace falta poca pena y mucha alegría saludos
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