Me encanta contemplar tu silencio,y de forma
especial, cuando levantas la mirada para apreciar
el azul del cielo, pues te muestras como ausente de
la tierra...
¿Acaso desearías cabalgar a lomos de una estrella,
y poder visitar de nuevo aquel idílico lugar que nos
presentó?.
Me fascina tu mirada, cuando se pierde en ese intento,
de darle vida a ese mundo que deseas como propio.
Adoro tus sueños, tus deseos...no te imaginas hasta
que punto, quisiera ser o sentirme cómplice de tus
secretos, pues sin conocerlos, siento la misma necesidad
de trasladarme en busca de ese mar azul, donde ha
decidido descansar el silencio.
¡El corazón, dispone de la facultad de ser libre, por
consiguiente, debemos tener el valor de escucharlo!!.
Offline)
Comentarios1
Muy buen poema, cuando el.silencio nos dice tanto sin decir...
Saludos cordiales
Hola Diago. Es cierto, hay silencios- no muy abundantes por cierto- que suelen comportarse de ese modo.
Un saludo
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