cada beso llevaba tu nombre, una fuerte llamarada.
Recuerdo aún, tu vientre desnudo, entre tu, yo y la noche callada.
Era imposible no besar tu respirar.
Cuando las hormigas subían al azúcar de ese nuestro éxtasis.
Te veías, como el manto de las minas de cristal.
Recuerdo las dos lenguas abrazadas y temerosas de apagarse, sabiendose encarceladas en la posible profanación de tu cuerpo.
Besé tu vientre y salto de tus ojos ese....ímpetu de seguir amandonos;
Y te uniste a mi como agua al barro, y eras barro fresco y mojado.
Amé tu olor a cera caliente y acerqué mi vida a tu pubis y seguíamos amandonos.
Tez de luna, bella, brillante, piel blanca y cuerpo desnudó.
No deje de amarte, tu piel sobrevino aquel escalofrío lento y seductor; y tus brazos quisieron mi nombre.
Te tomé despacio ! Oh bello elixir de sangre tibia y danzante¡
Esa noche, morimos en las paredes ,inundadas de tu ser y el mío, se juntaron tu vida y la mía.
Hoy todavía...
Siento tus labios y recuerdo la fiereza y alta tu gallardía.
Aún no se cura mi pensar de tu éxtasis en la pasión lejanía.
Aún siento tus cumbres, todavía las muerdo.
Eres tierna, blanca espuma, y tu semblante desnudo y virginal aún hoy lo recuerdo.
- Autor: Ariel Figueroa Gomez ( Offline)
- Publicado: 10 de julio de 2017 a las 14:55
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 73
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.