No puedo evitar sentir esta pena.
Este dolor.
Este sufrimiento.
La corta vida de una niña,
pasando por sus ojos,
la añoranza del pasado,
el amor ingrato.
Pureza que recorre sus venas,
gritos que condenan silencio,
madre que se va frente a ti,
ama que se amarra a ti.
Pequeña esclava de la ignorancia,
siguiendo los pasos de su ama,
ama con la que convive pero no vive,
ama que la amarra pero no ama.
Ama con esposo que no sabe,
no sabe tener niños,
no sabe ser adulto,
tolerancia inexistente que la calla.
Odio por el mundo que la rodea,
buscando la luz de la esperanza,
odio por la ama que la ata,
pero dependencia por la corta edad.
El pasado que llegan a su mente,
al ver a su madre regresa,
Llévame! Llévame madre!
No me dejes con la ama.
Sin poderse expresar
balbuceando sin hablar.
Ha llegado la despedida
y sus ojos se llenan de lágrimas,
el esposo reprime el sentimiento
y ella solo escoge el silencio.
No importa quien sea,
no importa cómo lo haga,
la luz que se fue de sus ojos,
solo la madre la regresará.
Cruel destino me tienes atada,
a tan penosa escena encadenada,
encadenada a la rutina,
encadenada a su mirada.
Pobre pequeña,
Qué mas puede ver?
sólo el vacío de su ama
y el recuerdo de su madre.
- Autor: Sara Human ( Offline)
- Publicado: 11 de julio de 2017 a las 02:31
- Comentario del autor sobre el poema: La pureza de un niño se puede ver afectada por el egoísmo de los adultos. Ellos no dicen nada pero sus ojos lo gritan. Ignorante y egoísta el que no pueda llegar a ver más allá de las lágrimas de un niño y quiera controlarlo. Cosas de la vida cotidiana que no se pueden evitar.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 63
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