"Tu entrega en una mirada " Capítulo III

Gabriela Rodríguez

"Tu entrega en una mirada"

Capítulo III
Nuestra cita en la playa

He llegado tarde a la cita, me costó trabajo perderme de la vista de mamá, ¡caray, tan terca! Así es mi madre.

Tengo que caminar para estar en la playa y mi en cabeza revolotean mil cosas, sonrío porque lo veré y me pregunto, ¿Ya estará ahí?

Al sentir la suave arena en mis pies siento el alivio de saber que ya llegue, todo está tan oscuro, la luna se refleja en el mar y el ruido de las olas se escuchan con intensidad.

Recorro la playa a simple vista, claro, hasta dónde me deja ver, porque con está oscuridad solo me veo mis pies. Sin más, mi inconsciente me traiciona y hablo en voz alta:
- ¡Carajo! Me dejó plantada, furiosa respingo.
- Damita, ¿por qué tan moleta?

Rebuzno, está tras de mí.

- Ya lo hice, ya qué, termino.
- Cómo pensaste que no vendría Victoria, si llevo rato esperando...

¡Hermoso! Me ha llamado Victoria, que lindo suena de su boca.

-Perdón, suelo ser tan incrédula.
- Sí te he dicho que vendría es porque así lo será, confía en mi palabra Damita.

Terminamos por sentarnos en la orilla de la playa, entre bromas y conociendo más de cada uno, él toma mi mano la cuál ya está temblando ¡Qué verguenza!

- ¿Sabes Victoria? Te parecerá algo extraño, pero lo que sentí aquella tarde en la playa cuando te conocí, me asustó, esa sensación de deseo me es inexplicable aún.
- Me pasa lo mismo Leonardo, a mí también me da miedo la necesidad y el deseo que siento en este momento.
- ¡En esté momento!, sorprendido responde.
- Sí, mis sentimientos están en conflicto precisamente en esté momento... negándose y luchando por desistir; mi conciencia dice ¡No! Y mi deseo grita ¡haslo!
- Te entiendo Victoria, quizá será que solo necesitemos vivir el momento, nuestro momento y dejar que se manifiesten nuestro peores miedos.

Sin decir más él toca el óvalo de mi cara tan delicadamente que siento fuego en mi interior, se acerca tan lento a mis labios que ya mi ansiedad calcome el interior de mi ser, ¡Me gusta! Pero me inquieta.

Está frente a mí rosando mis labios, siento su aliento, su calor y su olor a hombre, ¡Perdí! Simplemente me perdí. Es tan fácil no perder ante esté hombre tan guapo, y esa voz tan excitante que dice:
- Déjate llevar Victoria.
¡Excitante! Pero no digo palabra, solo dejo que sus labios humedezcan los mios.

Es eterno, el tiempo pareciera que se ha detenido ante ese mágico momento y ese bello paisaje. El beso es están entregado que me obliga abrir los ojos, quiero verlo; cuál sería mi sorpresa que él ya me miraba, se deleitaba sin haberme invitado.

Sus manos son cálidas, suaves, pero exigentes y me lo hace saber al sujetarme y por supuesto me agrada.

Los besos terminan en miradas exitadas, con deseo de dar el siguiente paso, pero algo nos detiene, está noche han ganado nuestro miedos.

Cuánto tiempo a pasado y yo fuera de casa, mamá se molestará conmigo, eso significa más tarea en casa.

- Me tengo que ir, pero antes quiero hacerte una invitación. En tres días se hará una fiesta en casa de una amiga, ya casi todo está listo y me encantaría que asistieras.
- ¿No te ocasionare problemas? pregunta.
- No, creeme soy libre y mis padres un amor, sonrío.

Me da un largo beso que hace estremecer todo mi cuerpo y afirmando dice:
-Ahí estaré Victoria.

Ambos tomados de la mano nos dirigimos a la ciudad y me acerca a mi casa y con una sonrisa nos despedimos sin decir más.

Continuará...

Gabriela Rodríguez
11/07/2017
Navojoa, Sonora México.

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  • Autor: Gabriela Rodríguez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 13 de julio de 2017 a las 18:39
  • Comentario del autor sobre el poema: Continúa la trama de esta bella pareja. Espero disfruten como yo escribiendo😉 Saludos
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 21
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Comentarios +

Comentarios1

  • JAVIER SOLIS

    Tal como lo sospeché desde un principio la pasión sigue y crecerá como una bola de nieve al desplazarse por las faldas de un cerro. esperemos el siguiente capítulo.
    Con muco cariño y admiración
    JAVIER SOLÍS



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