Ni tu ni yo podemos hacer nada
en el mar tenebroso en que vivir nos toca...
somos barquillas que con la quilla rota
intentamos ganar la última batalla...
Entre brumas adivinamos la arista de la piedra
y cada barca marca su estela entre el
peligro cierto y la esperanza incierta.
Cada vez deseamos más... el imposible de
tener a un tiempo agua y tierra.
Si llego a puerto se que moriré solo y
lo haré junto a una peña, al atardecer...
mirando al cielo...pensando en ella...
tendré los ojos húmedos y el alma seca.
J.C.
Comentarios2
Bonito poema... cargado de ternura. Saludos.
Gracias por tu comentario. Ahora estoy leyendo algunos tuyos. Ya te diré.
Un saludo J.C.
Hermoso y triste me encanto leerte
Estoy sorprendida de las pocas lecturas...
Saludos
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