Los primeros rayos del sol fueron iluminando nuestros desnudos cuerpos hasta llegar a nuestras caras, fue cuando nos despertamos del apasionado sueño de amor que vivimos esta noche, nos miramos a la cara, sonreímos, nos besamos y nuestros cuerpos se abrazaron.
Con media luz aun en nuestra habitación, no nos impedía nada, tu cuerpo cubrió el mío, mientras nuestros labios saboreabán el amanecer, un amanecer rebosando de nuevo amor, en el silencio solo se escuchaba el suave sonido de nuestros besos, los gemidos apasionados y el sonido de las sedosas sábanas cuando nuestros cuerpos giraban y giraban en la cama.
Mis manos se iban profundizando en tus rubios cabellos mientras contemplaba el moreno de tu cuerpo por el sol de la playa, cuando besaba tu cuello y acariciaba tu espalda, con mis dedos escribí una frase inspiradora, “Que la belleza de nuestros corazones sea perpetúa hasta la eternidad” y descifraste mi escritura, mi premio fue la terminación de nuestro amor cuando nuestros cuerpos se fundieron con nuestra pasión.
© José Cascales Muñoz
Reservado todos los derechos.
16 de Julio 2017
- Autor: José Cascales Muñoz ( Offline)
- Publicado: 16 de julio de 2017 a las 09:10
- Comentario del autor sobre el poema: Las bellezas no están en el exterior de los cuerpos, por muy bellos que puedan ser, la verdadera belleza es la que cada persona guarda en el interior de su corazón y jamás envejece se va convirtiendo más bella con los años
- Categoría: Amor
- Lecturas: 83
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