Me ofreces tus ojos
la graciosa impunidad
de tu sonrisa;
vienes a desabrocharme
los labios y los dedos.
Inmaculada y pulcra,
tu piel me muestra
espacios abiertos,
lugares donde
poner a descansar
los besos.
Deshojo tu sexo
como una margarita,
y tus senos bailan
una danza sísmica,
que sube de los muslos
hasta tocar el techo;
sujetas mi boca
a tu capricho,
y yo me dejo capturar
sin decir nada.
- Autor: A. Martinez ( Offline)
- Publicado: 16 de julio de 2017 a las 19:39
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 98
- Usuarios favoritos de este poema: Jose Adolfo
Comentarios1
Eros desemboca en los lienzos de la imaginación / universal acontecer / poema que canta al hombre
Gracias por su lectura.
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