Volver a ti
a tu cálido pecho,
a tu sonrisa de niña,
a tus labios risueños.
Rozar tu cabello
con manos de deseo.
¡Concupiscencia ineludible!
a razón de tu cuerpo.
Busco tus ojos
que reflejen los míos,
que vean el pecado
que será cometido
Al hablarte al oído
privilegias mi existencia.
Siento el sutil respiro
que doy en tu presencia.
- Autor: De Molina (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de julio de 2017 a las 00:09
- Categoría: Amor
- Lecturas: 66
- Usuarios favoritos de este poema: INÉS DE CERVANTES
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