Emilia estaba sola
en esa pieza
antigua, enorme
de infinito piso de maderas finas.
Había perdido todo
su amante
se fue por la puerta
prometiendo no volver.
Tanta pena
dolor y fracaso
lo quiso borrar
de mil maneras
hasta que decidió
pintar
esa puerta maldita
por donde nunca regresaría.
Pinto el mar
un horizonte
y gaviotas regresando
sin necesidad de amar
...………..
el mar
de a poco
iba cubriendo
las finas maderas del piso.
Dicen los vecinos
alertados por el agua
que filtraba desde
arriba
que no la encontraron
solo un rastro de pisadas
entre las arenas
pintadas
al borde
de ese mar
por donde había escapado.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2017 a las 10:04
- Categoría: Amor
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: anbel
Comentarios2
Me encanto, y recordo un microrelato que escribi hace tiempo, en el que un pez salia de un cuadro...
El surrealismo tiene esas cosas, aunque en estos tiempos, no supera la realidad...
Agradecido por tu comentario.
Esteban
De lo que se trata es que cada cual busque su propia via de escape. Lindo lo que has escrito. Ojalá Emilia se haya ahogado en ese mar de paz y tranquilidad que ella misma se creo Me ha encantado. Un besiño 😄🌹.
Gracias, querida Anbel, es real, que aveces nos hacemos nuestra propia realidad, donde nadie nos ve, solo observan el rastro dejado al escaparnos.
Un abrazo
Esteban
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.