Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas,
de pronto, cambiaron todas las preguntas.
Mario Benedetti
Helena.- Estoy cansada de cómo gira este planeta,
de cómo acontecen las cosas que suceden entre
sus cuatro paredes.
(Silencio)
Ifigenia.- Fíjate Helena. Hace breves fechas me
acordé de Medea, ¿Recuerdas?, nuestra amiga
de la infancia. Me arrebató la nostalgia de tal
forma que viví la necesidad de escribirle mis
sentires; prendí con afán papel y lápiz para
descargarme sobre el blanco expectante. Tras el
desembuche caí en la cuenta de que tenía apuntado
su número en algún rincón de mis recuerdos.
Helena.- ¿Y le llamaste?
Ifigenia.- No, preferí enviarle la carta porque el
vigor de su letra no tendría, de cierto, parangón
con las palabras que podría articular a través de
un frío adminículo de baquelita.
(Silencio de nuevo)
Ifigenia.- A mí me ocurrió algo similar, al tenor del
paso del tiempo y sus efectos perversos. No se si
recuerdas que Gabriel cumplió años hace unos días...
Sabes que Gabi es un amante del teatro griego, por
ello decidí regalarle un libro edición bolsillo de La
Orestíada de Esquilo y La Medea de Eurípides,
cuando, en el mismo momento en que le entregué el
regalo con la mejor sonrisa y alegría me dice que las
susodichas obras, y otras muchas, las descargó hace
tiempo de una página web gratuíta llamada
Epublibre.org
(Pausa con sonrisas burlonas)
Helena.- ¡Vaya chasco, ¿no?! Es evidente que no
estamos al día, que el crujir de las ramas al paso del
tiempo nos ha cegado los oídos y nos ha inflamado
nuestras lenguas.
(silencio valorativo)
Ifigenia.- Habrá que tomar nota. Menos mal que el
sentir no entiende de edades ni de ciclos, y que las
emociones serán siempre nuestra seña de identidad.
Desde que la Magna civilización griega derramara
en tinta, sobre los escenarios, todos los entresijos de
la naturaleza humana, no hay nada nuevo bajo el sol.
Helena.- Así es Ifigenia.
(Silencio final. Muerte escénica)
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2017 a las 20:40
- Comentario del autor sobre el poema: A veces vamos a contracorriente de los tiempos. Aunque no siempre los tiempos se acompasan con nuestro ritmo.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 28
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