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Amalia Lateano
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Empujando un carrito Clotilde arremetió la puerta apenas entrecerrada. Abrió las cortinas del amplio ventanal que tenía su vista al patio donde los jacarandaes chispeaban sus celestes flores con el matinal cielo despejado.
Y con voz de trueno dijo: - ¡Hola, hola! ¿Cómo amaneció mi consentido amigo preferido?
- Entre dos luces, es como me siento. Una es el sol, en el cielo, y la otra camina a mi lado.
Era víspera de navidad y hasta los jazmineros estallaban con más perfume desde el jardín.
_Y emitió una tos ronca... –
-¿Quién yo? jajaja, ¿y Ud. cómo me ve?. A ver… Déme el bracito… -
Y con maestría puso el tensiómetro. Y le colocó sin decir más el termómetro en la boca.
Luego anotó en la planilla que colgó nuevamente a los pies de la cama.
--Bueno, ahora viene lo más lindo…Voy a bañarlo.
Lo desnudaré, muchacho y no se oponga!!
- No. No me voy a negar… ( Y volvió a toser). Soy todo tuyo…
Ella con cuidado le saca la inconfundible bata del hoapital, que tiene el logo bordado,
y en una fuentón rojo remoja la esponja en un líquido jabonoso.
Lo sienta con delicadeza y le restriega suavemente el pecho, el cuello, la espalda, los brazos, y las manos.
Con una jarra le lava la cabeza, despaciosamente.
Lo seca bien y lo vuelve a recostar muy lánguidamente en la cama.
Bueno muchachito, te lavaré las piernas… - le dice, y con segura delicadeza procede a la higiene.
- Bueno, cuando digo que lavo todo, lavo todo. A ver el pajarito
--Y si queries, puede hacerlo… Pero no tengas cuidado porque no canta
Jajaja, _ríe Clotilde… _¡Y si se despierta! ¡Me puede sorprender como tantos otros! –y larga una sonora carcajada.
-No. ¡No creo!, ya está completamente caído. Hace tanto tiempo que no canta…-
Sin embargo, mejor que no hable… debe tener muchas historias… jajaja _rió la enfermera.
- Algunas... pero son historias muy viejas. Viejas y muertas como yo mismo.
--No hables pavadas. Vos no estás muerto, muchachito...
- Estoy muy cansado. No quiero vivir….-
-Vamos, vamos, deje de pensar en cosas tristes. Ponga voluntad, mi amigo.
- No tengo ganas…me siento desganado…
La enfermera guardó todo y cuando se disponía a irse, el anciano le tomó la mano y la apretó muy fuerte.
Lo miró y vio que tenía los ojos cerrados. Y notó paz en su rostro. Ni un suspiro ni un gesto. Ni un estertor. Nada.
Clotilde sonrió amorosamente. Se inclinó a besar su frente. Apagó las máquinas, le quitó las agujas del brazo delgado y flácido. Se enjugó una lágrima y con mucho brío empujó el carrito fuera de terapia intensiva.
En el pasillo miró el Pesebre que habían armado con sus colegas y se largó a llorar.
AMALIA LATEANO
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- Autor: Amalia Lateano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2017 a las 22:18
- Comentario del autor sobre el poema: Clotilde Teixidó fue una enfermera que trabajó en el Hospital " Saturnino Ubzué " de mi ciudad y es recordada por su esmerada atención para con los enfermeos terminales. Es mi HOMENAJE. Amalia
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: Amalia Lateano, El Silente Vagabundo, Ross4, Raquelinamor, AZULNOCHE
Comentarios5
Bello homenaje.
Saluditos,
Ross
Mil gracias Ross4
Saludos agradecidos.
Bendiciones y buen fin de semana
Con cariño
Amalia
Bellisima historia Amalia....
Besos
Estimado Hugo:
Te mando un sincero abrazo y besos agradecidos
Buen fin de semana.
Amalia
Amalia
!Wao! poetisa, Amalia Lateano, me has dejado sin palabras, que bello cuento has logrado, tan hermoso, como humano, triste al final, pues relata el inefable terminar de la vida, en este caso, con resignación y disfrutando el cariño de una misionera hermana, la enfermera, que cumple su dedicada labor con toda devoción. ´¡Ojala! y todas ellas tengan la misma y sensible abnegación que Clotilde !Felicitaciones! escribes maravillosamente bien, me alegra entrar a tu muro y poder disfrutar tus maravillosas creaciones, gracias por compartir y recibe saludos de universal amor de raquelinamor
Mi querida amiga Poetisa:
Clotilde fue única.
Le leí el cuento a un enfermero que vino a curar a mi marido y recibí un llamado de su Hijo que vive en Buenos Aires, y que es MÉDICO , para que se lo enviara, Fue muy emotivo.
Gracias mi querida amiga por tus cálidas y elogiosas palabras.
Un abrazo y buena semana
Bendiciones
Amalia
Precioso gesto, un beso y feliz inicio de semana. Raquelina.
Estremecedor, no me esperaba el final,
pero ese gesto de coger y apretar la mano reconforta porque sintió el calor humano de la persona que estaba a su lado en su último instante.
Me ha encantado leerte.
Mi abuela se llamaba Clotilde.
Un fuerte abrazo.
AZUL NOCHE:
querida, también a ti muchas gracias por pasar y dejar tu comentario.
Siempre es un placer recibirte.
Gracias por tu visita y dejarme tu amable opinión
Saludos!
Amalia
Hermoso relato, me encantó.
Un abrazo
Toda la vida he tratado de ser lo más consciente posible.
No como cuestión que interesa, no como un "postulado teórico",
sino como una problemática ética y de compromiso hacia temas
Que hacen a la humanidad. Mil gracias por tu comentario.
Saludos
Estimado boris gold.
Besos
Amalia
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