Esa tarde, en medio de la gente
que al pasar nos miraba asombrada,
con mis músculos destrocé el puente
que a tu afecto me tenía atada.
Y chocamos las pupilas dolientes
y chocamos la carne lastimada
en aquel abrazo indiferente,
de indiferencia disimulada.
Mi adiós de irises llorosos,
los tuyos con la súplica dolida
y te pido: ¡cierra, cierra tus ojos!
Y te dejé dejándote mi vida,
cargué en tu espalda mis destrozos
y saldó así nuestra despedida.
J.M.
- Autor: Luna Zambrano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de julio de 2017 a las 12:25
- Categoría: Amor
- Lecturas: 102
- Usuarios favoritos de este poema: El Silente Vagabundo
Comentarios2
Genial 👌
Esa tarde, en medio de la gente
chocamos las pupilas dolientes
cargué en tu espalda mis destrozos
Y te dejé dejándote mi vida,
hermoso mi bella amiga una despdida con huellas inolvidables.
Felicitaciones
Con mucho cariño
JAVIER
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