INVITACION
Hoy, solo, sin ninguna compañía,
salvo la de los astros, no tengo plan,
ni invitación, estoy desocupado,
me sobró tiempo. En mi soledad y aburrimiento,
me he invitado a mí mismo:
me escribí la mejor tarjeta
que nunca antes había recibido.
Me invité a salir, a ver lo que ocurre
a media noche, a contemplar lo que nadie ve
porque está dormido o porque no sabe observar.
Me arreglé con esmero ante tan importante privilegio:
salir acompañado conmigo mismo,
la persona a quien más quiero.
Blanca camisa, corbata de seda,
zapatos lustrosos, traje a rayas,
bufanda de fina lana, abrigo inglés;
también muy cuidado con mi brillante peinar
y justas gotas de fragancia francesa.
Antes de salir, guardo cuidadosamente
el parte, la invitación.
Dirección desconocida, sin preciso destino...
caminé conmigo, conversé conmigo
vi lo que nadie ha visto: el azul profundo del cielo,
el lenguaje de los astros, los consejos de la luna,
el susurro de la nocturna brisa
y las tiernas lágrimas del rocío...
compartí con ellos largas horas,
les escuché, dialogamos;
medité largamente y por sobre todo, aprendí...
disfruté de una linda velada.
Antes de madrugar retorné conmigo,
contento a mi hogar,
después de haber asistido gustoso
a la invitación más especial
que se me ha hecho hasta hoy,
sirviéndome para crecer y ser mejor.
- Autor: Edmundo Onofre ( Offline)
- Publicado: 22 de julio de 2017 a las 12:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Menesteo
Comentarios1
Parece inverosimil; pero a veces es real; abstraerse de lo cotidiano te da mucha libertad. Haciéndote esa invitación para hablar al silencio es, lo mejor, de lo mejor.
Saludos
Claro, es bueno darse ese tiempo para uno mismo, que siempre es escaso.
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