Dios mío, sin querer... ella fue Eva,
al besarla quebró sutil garganta:
las argollas sangradas en la manta
el resistirme a ella fue mi prueba.
Señor fue la odalisca Salomé,
fueron besos mortíferos, cicuta,
al averno llegué, la errada ruta;
inocente tomé mortal café.
Tuve las manos sucias de Pilatos
juzgué, y lloré como una Magdalena,
amé a pecaminosa, tierna Helena...
esta alma está manchada en garabatos.
Señor destiérrame de aquel edén
Dios, piedad, de Satán pues soy rehén.
- Autor: Anthony Acosta (nombre real ) Abraham Emilio (Seudónimo) (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de julio de 2017 a las 13:26
- Categoría: Amor
- Lecturas: 96
- Usuarios favoritos de este poema: Ross4, Evandro Valladares
Comentarios3
Aquí se aprende.
Gracias por compartir!
Saluditos.
Ross
Gracias Ross
Muy bueno encantado de leerte
Gracias.... todo un elogio.
Para mi: exquisito, de colección y lo aplaudo de pie. Felicidades amigo.
Gracias Evandro... te invito a leer más de mis creaciones...
saludos
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