Voy a dejarme habitar por las letras, no sé cuanto me tome aquello, quizá una brevedad de once oraciones, algo sencillo, ligero o quizá me tome una vida entera.
Seguramente éste texto se pierda en la lista de muchos otros, se olvide mañana a las 8:11 de la mañana, cuando aún estoy dormida y deseo dormir más, pero aquí está mi naturalidad y no pienso escribirla de la manera más aduladora, apasionada o elegante, quiero ser tan trivial como las palabras que utilizo mientras me visto con la cotidianidad absurda de la tristeza o se me desnuda la piel y camino así, tan llena de luz, que parece públicamente que me llamo Mercedes y me gritan ¡MERCEDES! en la calle y sí, soy Mercedes, la tercera o cuarta de mi familia materna, pero, ¿a quién le importa eso? A mí me importa eso.
Así que me despierto y a veces soy luna, cinco días me visto de luna y sangro, una luz me ilumina, camino llena de calma porque la vela encendida no me llena de cera las manos, estoy haciendo lo correcto, estoy caminando.
Ésta noche es posible que también, después de estar desnuda, frágil y humana, se me sequen los pies y empiece a caminar sobre la arena, mientras el viento me cepilla el cabello; ya por la ciudad han divagado mis pasos llenos de lluvia, con los oídos llenos de ruido, sin embargo ahora, justo ahora, es el cantar de los grillos quienes me mantienen viva, me despiertan el alma. ¿Alguien aquí comprende lo que estoy escribiendo?
Bien, es probable que nada de todo esto tenga lógica, que yo no esté aquí sentada deseando fumar un porro de marihuana, estableciendo mis reglas, disolviéndome entre lo que era y lo que es ahora, porque al mundo he venido siendo hija de a quien ya no sé como mirar y de quien pone rejas a mi camino, porque también he venido con deseos de ser amor y he empezado a serlo, por ello escribo, por ello soy poeta, aunque a veces me cuesta denominarme o etiquetarme de esa manera, sin embargo, alguien ha venido aquí a ser poesía, yo he escrito tantas veces su nombre en mis letras que me es imposible no decirme, no mirarme al espejo sin llamarme poeta, me han hecho poeta y yo he hecho poesía.
Lo he escrito de todas las maneras posibles, he dicho valle, he callado al silencio, he pintado en el viento, he utilizado metáforas, he sido tan directa como agua de la llave, me he bautizado y me he muerto, me he tomado una cerveza y me he embriagado bebiendo té. He recordado a la niña de 12 años que escribía cuentos y ahora escribe sobre enamorarse de una mujer, ¡JÁ! Sorpresas nos da la vida.
Claro que muchos ya se habrán cansado de leerme, han salido de la página, han abierto otra ventana, han escuchado música, han tarareado y han perdido el hilo de la lectura y hay algunos que se obligan aún a leerme, esperando que algo interesante ocurra en medio de la oración, como un insulto o que de repente la historia tome un giro inesperado, lo único que deseo gritar a veces, a demás del ¿por qué? idiota que muchos nos obligamos a preguntar, sabiendo aún ya la respuesta y teniendo el cinismo de gritarlo, es ¡VIDA DOBLE HIJUEPUTA! Sí, así como los colombianos solemos gritar cuando nos meten un gol al minuto 88' y era el gol definitivo o cuando inconformes, elegimos al presidente más nefasto, para que nos haga más nefastos a nosotros mismos y después lo terminamos culpando a él de como se encuentra el país y resulta que el pueblo somos todos y seguimos dormidos, somnolientos -por no decir una cosa que nos alarme más- eligiendo al peor mandatario o al "menos peor", pero ¿qué sé yo de política? Seguramente vendrían a insultarme diciéndome que vaya a escribir unos versos de amor y créanme, con mucho gusto los escribiría y se los recitaría.
Parece que estoy enojada y en realidad lo estoy, estoy inconforme, el mundo me tiene inconforme, no puedo estar con la mujer que amo, porque ya nos hemos herido lo suficiente y mancharnos más sería un suicidio, ¡Que calamidad! A demás de ello, porque bien sabrán ustedes o quizá lo hayan notado, soy lo suficientemente emocional como para regalarle al mundo otra tercera cuarta parte de agua, sólo en lágrimas, ya sé que estoy exagerando y que esto se está volviendo extenso, pero necesito escribir, necesito soltarme, necesito volver a ser calma, risa y amor, porque estos últimos meses he sido turviedad, caos, cólera, no sólo ello, el mundo, a pocos les interesa el mundo de verdad, las personas, educarlas, regalarles conocimiento y magia. Cada vez hay más crudeza, menos emociones, más redes sociales, más "amores platónicos", menos conocimiento. Somos tan egoístas que ni siquiera sonreímos, ni siquiera disfrutamos de la música, es el fondo de una conversación que va a terminar con todo.
Estoy inconforme y cansada, harta. Pero por otro lado estoy tranquila, porque aunque sea a unos pocos puedo encender, puedo brindarles algo y eso quiero ser. Ser amor, llenarme de amor, brindar amor. Porque sí, el amor sí existe y yo lo siento. Desearía escribir más, pero esto se está tornando extenso, quizá en una próxima ocasión.
- Autor: Mer (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de julio de 2017 a las 03:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: racsonando
Comentarios1
Exhala tu alma la profundidad, la que en la miopía del mundo se tilda como "calamidad existencial". Hay que cantar, amar y llorar y reír cuánto se deba. Poetisa librepensadora, eres libre de amar como prefieras y a que te amen como se deba. ¡Es tu voz, es tu grito y es tu silencio...!
Con mi mayor respeto y aprecio disfruto de tus letras.
Abrazos colombiana del Alma.
Infinitas gracias por pasearte por estas letras. El existencialismo... ¡Ay! Es que todo parece estar cubierto por algo muchísimo mayor. Me alegra que puedas disfrutar de lo que escribo.
Un abrazo Racsonando.
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