Bailan las campanas anunciando el día,
las aves ondean por el torreón jugando,
marcando mil figuras, con sus alas hacen
letras que dibujan tu honra en el cielo
azulado, espacio que hoy es solo tuyo y
de tu amado, donde se inscribe la fama
de sus nombres, el de él, el de ambos.
Los recuerdos llegan a mí de aquello años
de tu infancia, jovial, alegre, mostrando tu
carácter de niña rebelde e indomable, donde no
existía más ley que la tuya, tu fémina personalidad
que hoy es parte de tu esencia y que te ha
forjado para convertirte en un ícono de aciertos
que expresan en todo momento dulzura y alivio.
Hoy es ocho de Julio, un día que quedará por
siempre inscrito en el calendario de tu vida,
donde dejarás de ser mi niña querida, para
convertirte en la mujer amada, la mujer que
caminará por el sendero de la dicha y la
felicidad, con armonía vibrante, donde solo se
escuchan melodías cariñosas de dos almas,
no sé si gemelas, pero se que ambas abrazan
esa pasión acuciante por amarse, ese ritmo de sus
voces melódicas, joviales, harmónicas y sonoras,
de risas amorosas que se conecta con la mirada,
con un clamor vehemente que recorre distancias,
pero que siempre regresan a ustedes, a su nido,
donde habitan el anhelo y el futuro de sus vidas.
Hoy caminas silente, altiva, perteneciente al amor,
con esa energía que te da la vida cada día, con ese
glamur y la sonrisa que reflejan tus labios de Diva,
con la ilusión de una doncella buscando el paraíso,
con la mirada puesta en lo desconocido, consciente
de que andas hacia el camino bendito, porque nace
tu nueva vida, lo sagrado, el candor de lo divino.
Rafael Antonio Panamá Sánchez
- Autor: Rafael Panamá ( Offline)
- Publicado: 26 de julio de 2017 a las 13:48
- Categoría: Amor
- Lecturas: 32
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