Estepas,
Por las que ando,
Birutas de trigo,
Sigo caminando,
Maldiciendo a estos cuervos inquietos,
Dentro del mí,
Siempre.
Luciérnaga joven,
Transitas por mi ventana,
Exquisita y flameante,
Sin rubor en tus alas de papel,
Mientras levanto un libro caído,
Me dispongo en la ausencia de tu existír.
Mi casa es flor; Flor verde, roja, negra, carne.
Despierto atareado,
Sin saber qué decirme,
Para no pensar en exceso.
El sol morirá,
Morirá.
La noche vendrá,
Vendrá.
Las piernas de mi abuela,
Cánicas que se me cayeron,
Ruidosas,
Como aquel vaso de aluminio,
Tropezando.
Va a llegar,
Sin anestesia,
Su muerte,
Mi vieja dice que se quiere morir.
A mi vieja la vida le dió un escarabajo,
Fuma para asfixiarlo.
La muerte es gris, destinada, constante,
La vida es una invención de colores y memorias rotas,
Recuerdos que son instantes,
Taciturnos, dolientes, despiertos, inquietos, placeres naturales,
Desorden de nacimiento.
Después del medio día,
Unas gotas invaden mi apartamento,
Abuela le teme a los truenos,
Los estudiantes corren en la avenida
Los azulejos se han resguardado.
Se regocijan,
Aman,
Abundan,
Ya no soy pensado.
Afecto,
Nunca se puede hacer el mismo,
Siempre hay un tono,
Un impulso nato,
Un lugar preciso,
Posición de torsos
Nunca una caricia rebobinada.
Allí me obligué,
Sí, me forzé,
A trabar amistad conmigo,
Y malditos sean los prejuicios,
Que nos restan tiempo y alma.
Lloré,
Nunca dejé de hacerlo,
El hombre es dominado por su sangre,
La mujer dominada por el hombre,
Los hijos escritos desde que nacen,
¿En dónde queda la coma de la vida?
- Autor: Leoner Lozano ( Offline)
- Publicado: 27 de julio de 2017 a las 14:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
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