Como la brisa vaporosa sobre la arena,
que al ritmo de la ola, sopla y se aleja,
triste, ¡muy triste! mi alma se asemeja;
como a la débil ignita, del sol que se amena.
Triste, ¡muy triste! la tristeza me quema,
ebria la nostalgia, que a mis penas corteja,
cuando bajo la tarde, la sonrisa mustia en la arena;
la gota más tibia de un ojo ¡vi caer la más triste pena!
Fue el momento oportuno, la hora de la marea,
cuando mi corazón trémulo y vago latía
al compás de mi llanto, que hizo que los peces me oyeran.
Fue el tiempo, que hasta el péndulo más exacto ignora,
ante un gesto leve, bajo la débil mirada de la aurora.
Triste, ¡muy triste! bajo la niebla, mi alma llora y la tarde se aleja.
- Autor: El último Adan (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de julio de 2017 a las 12:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
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