Estaba el dolor dentro del alma
etéreo, impalpable, pero cierto.
Pasaba al pecho y ya era carne,
podías tocarlo con los dedos.
Y de allí saltaba al verbo
buscando escapar en poesía.
Y pudo el verbo cantado en poesía
encontrar orígenes y echarlos lejos.
La carne desgarrada se limpiaba
viendo limpio el pecho adolorido.
Y el alma que dolía en lo etéreo
buscó el dolor y ya no estaba.
De mi libro “Desde aquella Strelitzia”.2014 ISBN 978-987-1977-32-1
- Autor: Carlos Justino Caballero ( Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2017 a las 05:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Y del Ávila, Ágora
Comentarios2
Mi gratitud por tus palabras, Manuel!
Qué bonita manera de describir la transmutación del dolor en poesía. Quedan cicatrices, pero el alma descansa. Saludos.
Grato comentario que agradezco, Melba.
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