Me gusta pensar que voy a verte. Aunque no lo haga, aunque no lo intente, cuando voy a la ciudad suelo pensar que voy a verte. Y siento que puedo verte en cualquier lugar, en cualquier calle,
en cualquier tienda, en cualquier parque...
Recuerdo cuando cada mañana salía al río y solía pensar que te vería. Ansiosa, miraba cada coche que paraba, cada persona que pasaba que pudiera asemejarse a tu figura, a tu forma de vestir o a tu manera de andar. Hace tiempo que he desistido de ello, nunca vendrás y cada mañana salgo ya conformada; en lo más profundo de mi alma no sé muy bien si se ha acomodado la desilusión o se me ha muerto la esperanza.
Pero cada vez que vuelvo a esa ciudad esa ilusión revive y me gusta pensar que voy a verte.
La paz de saber que no te veré se mezcla con esa esperanza latente y la emoción no se apaga y creo verte cuando salgo a las calles, creo verte delante, o detrás, en cada hombre con tu perfume que se cruza en mi camino, y en cada andar militar, creo verte en cada coche, en cada esquina, en cada tienda y en cada recodo de aquellos jardines que tanto amo desde que los recorrimos.
De todos mis pensamientos el que más me gusta es pensar en ese de que voy a verte.
Comentarios4
Despiertas esa fantasía de volver a ver ese alguien que alguna vez, sin más permiso que el del corazón, se instaló en nuestro sino para quedarse orbitando como un amor platónico inalcanzable. Un placer de lectura.
Yajaira del Ávila
Gracias por tus comentarios, Yajaira. Espero encontrar los momentos para leerte. Me gustan mucho tus comentarios. Besos
Enamoramiento que queda para siempre y se convierte en una ilusión que se vive con intensidad aunque no se cristalice. Muy bonita tu prosa. Un abrazo
Tus comentarios son fantásticos, Fabio, y los agradezco enormemente. A veces nos prohibimos nosotros mismos una relación. Los motivos pueden ser muy variados.
Un afectuoso saludo
Muy buen Poema me ha encantadó 🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹
Gracias, Mael. A mí también me han gustado esas rosas que me has enviado.
Saludos desde la tierra vecina
Preciosa carta, cuando el amor es una enfermedad y no se pasa . . .
es una sensación agridulce, me encanta como escribes y describes sentimientos
Gracias, amiga
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