Leia, la mascota de mi nieto Dídac.
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Leia,es tierna como la espuma
y blanca como el algodón;
sus ojos, como los zafiros,
-y más clara que la luna-, la
luz de su mirada y la paz
de su expresión.
Cuando Dídac dice: "¡Vine,
Leia, vine!"- mostrándole
las manos-, se pone muy contenta,
dando saltos de alegría... y
viene moviendo las orejas
y el rabo sin parar... Despué, le
mira, le husmea con su hocico,
le toca con sus patas y se
pone a dormitar.
Le gusta mirar las estrellas
y los aviones al pasar, y
perseguir a las mariposas
que vuelan sobre los claveles
y el tomillo florecido, y las
ramas del romero y las
rosas de rosal.
Cuando la llamamos se esconde
en las enredaderas, bajo
la mesa, la cama o el sofá...
¡No hay quién la detenga, se mueve
como las centellas, rauda y
ligera, sin que ninguno la
pueda atrapar...!
Leia es como un sueño que nos quita
la tristeza, un beso, una caricia,
una dádiva de Dios... una
aurora, un milagro: ¡un destello
que nos alumbra el alma, y nos
incendia el corazón!
Comentarios2
Este poema se lo regalé a mi nieto Dídac, una persona entrañable y cariñosa, que me tiene embelesado el corazón.
Precioso! !
Un animalito que trae alegría a vuestra casa y cuanto cariño se siente en tus palabras.
Un abrazo
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