Gracias Bob, por la esperanza y la fe…
La luna dibuja su sombra en la cornisa del viejo edificio, testigo mudo de cielos con recuerdos de estrellas, en silencio, dos cuerpos ensangrentados en profundo sudor que despoja dulcemente la piel, el pasado, las horas, el frío…
El klaxon del bus en la esquina disipa brevemente la memoria de aquellos amantes ardiendo entre brasas de hastío; las horas no esperan, yo sigo conmigo, sin rastro de nosotros; hundido…
Aún falta para amanecer, cae lentamente el roció, confusión implacable sobre lo que un día fuera nuestra torre de babel, las hojas sueltas signan como navajas desvencijas al viento; está por llover, no me moveré, espero noticias de nosotros…
Cómo fue que nos perdimos entre tanta gente sin nombre, cadáveres de época en busca de fortunas y miserias que atesorar, siempre fuimos más, eras todo, lo sentía y no importaba..., ahora sé quien soy...
Ya no afecta, casi es albor y no vendrás a mi encuentro, sin ti, estas letras, son sabia saciadas de nostalgia y pálida espera.
Por fin llueve…
Se llenan los espacios vacíos con la tenue luz de ángeles entre las chispas de cellisca, pero no estás.
Termino esta tinta sintiendo la lluvia bajo el amanecido sol de invierno, comprendo entonces, tú solo te mojabas mientras llovía...
Χείρων.
- Autor: Χείρων (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de agosto de 2017 a las 22:03
- Categoría: Amor
- Lecturas: 63
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